12.16.2007

café con sal

"I'm only sleeping" suena y Gabriel corea junto a Lennon y McCartney, mientras intenta armar cama. No es muy diestro con martillos y desatornilladores.
Margarita O. ordena platos en el mueble de cocina. Huele a pintura y encierro en el nuevo departamento emplazado en la falda del cerro.
Llevan dos horas ordenando la nueva casa de Margarita O. A veces se hablan, otras callan. Tienen miedo de que en las palabras se les escape algún reproche del pasado, pero tampoco quieren que el silencio otorgue. Es difícil este reencuentro.
- ¿Te preparo un café? - ofrece Margarita O. Gabriel está tirado en el piso, intentando atornillar un perno rodado.
- Bueno, tengo un poco de frío. Es helada tu casa nueva- dice sonriendo. Se levanta y la acompaña a la cocina.
Gabriel está más flaco que nunca. Huesudo, pálido y con los mechones rubios cayéndole sobre la espalda. Parece cansado y algo triste. Los ojos le brillan cada vez menos. A Margarita O. le dan ganas de abrazarlo y volver a respirar el olor de su cuello. Le da pena saber que ya no puede acercarse a él.
De la despensa saca una tazón rosado. Mezcla café y azúcar sin dejar de pensar en la tristeza que transmite Gabriel. Vierte agua y revuelve. "Una de café y tres de azúcar", piensa y sonríe con algo de nostalgia. Hace varios meses que no preparaba esa receta.
Le pasa el tazón. El sonríe. Gabriel también quisiera abrazarla, pero no se atreve. Se siente terrible por haberla dañado y le dan ganas de pedirle perdón. No lo hace. Aún no es el momento. La mira. Le gusta el brillo de los ojos de Margarita O. La nota tranquila y serena. Le gusta verla así. Bebe el café.
-Me cagaste- dice y escupe el café dentro de la taza - Lo hiciste con sal -
Ambos se ríen y Gabriel corre al lavaplatos para enjuagarse la boca.