Margarita O. está sola. Desde su balcón mira la luna llena y se pregunta cuándo podrá disfrutarla con alguien tomándole la mano.
Acaba de ver una película romántica con final feliz y se siente algo triste. A veces siente que el destino nunca le permitirá vivir un amor de esos intensos, sinceros y apasionados que se muestran en la pantalla. Margarita O. quisiera que alguien se enamorara de ella como los galanes se enamoran de las protagonistas en los romance del séptimo arte. Nunca ha sucedido. De momento, sólo han sido años de fracasos y desiluciones. De historias que de amor tuvieron poco y nada.
Margarita O. enciende un cigarro y piensa en todas esas frases que le gustaría que alguien le dijera. Escuchar un "te amo" y creerlo. Sentir que es el centro del universo en la vida de otro y confiar en que sí existe un para siempre. Como le gustaría ser protagonista de una de esas películas. Como quisiera que alguien quisiera dormir con ella durante todas las noches que les quedan por vivir.
Margarita O. suspira y piensa en ese amor que tanto espera y se rehusa a llegar.